La década de los 70 es inolvidable por su música y juventud; los jóvenes en su mayoría estaban al tanto de las modas. Se concluían las "Torres Gemelas" símbolo e ícono de la sociedad de consumo, impuesta al mundo occidental bajo la premisa del "úsese y bótese".
En ese contexto, pasamos nuestra juventud en el barrio Alameda Ribas, parroquía Matríz, municipio Trujillo, aferrados a nuestras costumbres, por demás muy sanas y creativas.
De lo bueno poco, dice el dicho. Llegó la moda del fisicoculturísmo bajo la influencia de Hércules, Charles Atlas, el Santo "el enmascarado de plata" y los canales de televisión de la época que promocionaban la lucha libre como espectáculo.
Recuerdo que muchas viviendas de nuestro vecindario fueron convertidas en gimnasio, ring de boxeo, alzamiento de pesas. Nadie quería ser famélico o alfeñique, todos querían una musculatura de gladiador, que le permitiera ser el centro de atracción de las féminas del barrio y ganarse el respeto de los de su género.
Por las tardes bajaban a la plaza Bolívar y se exhibían en franelillas con la cabeza engomada de brylcreem, profesaban un narcisismo puro y se convirtieron en galanes.
Entre estos destacaron: Orlando "El Astronaúta"; Nelson "El Volador" y Lorenzo "el Chaparrín".
un día llegó a Trujillo el Razzan Circus y montó carpa por un mes,con animales tales como monos,leones,elefantes, loros, tigres, yeguas,payasos, acróbatas,adivinos, trapecistas etc.
A través de la única emisora Radio Trujillo se anunciaba el espectáculo; esto cayó como anillo al dedo a mis amigos quiludos que ahora ocupaban los primeros puestos dentro de la carpa, pues se estaban enamorando de las despampanantes chicas del circo, cosa que poco le gustaba al dueño del circo, quien se veía con cara de pocos amigos y quien decide presentar a la yegua Palomina, la yegua que adivina. Ante los asistentes se presenta un payaso y la cuadrúpeda blanca y pregunta al público si quieren saber quienes de los hombres presentes no tienen interiores? Sii! gritaron desde las gradas aborrotadas de gente. El payaso le ordenó a la yegua Palomina que diera dos vueltas alrededor de la carpa y se parara al frente de los tres hombres que no tienen interiores y la susodicha se paró en dos patas exactamente delante de los tres galanes.
La trifulca todavía se recuerda y el circo dejó la peluca. Los amores platónicos y de circo son artificiales
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