Que hacer si en la cara de mis amigos veo desconfianza, inseguridad, rabía, ganas de no estar,no ver ,no sentir, en muchos veo en viva escena la metamorfosis de kakfka. En estos tiempos que transcurren, tan dados a la corrupción y a la gente insaciable, acumuladora de riquezas sin esfuerzo, con testaferros dentroy fuera de nuestras latitudes, gente que ” cuando no se vende, se alquila “donde cada quién se disfraza a su conveniencía en este carnaval de oportunistas;donde veo a mi pobre Venezuela como una Vaca lánguida y macilenta, sobre su lomo una badera roída y deteriorada como vestimenta de mendígo, además de una docena de buitrez, a la espera de otros postrados sobr sus ubres ( PEDEVESA, SIDOR, ARCO MINERO,BCV,entre otras) ya saciados y al reventar. ! Ay mi pobre Venezuela!Son tiempos de Pándora, de los nudos gordianos y de la Lámpara de Diógenes ante la crisis moral que yace en los linderos forenses de la descomposición social, donde la mayoría calla como masoquistas contumases y quienes hablan, no son otra cosa que ventrílocos de los ecos que retumban en las catacumbas de los partidos políticos, especies de santuarios donde los cadaveres políticos se agracían y saludan con un frenesí propio del templo del cinismo; son tiempos donde se induce el ” todos contra todos”. Todo este difuminado de detalles con arístas de orden social, económico, político,moral, tienen un denominador común: la corrupcción y su poco o débil castigo; ahi está el ” nudo giordiano ” de nuestra crisis y donde se necesitan las mejore voluntades pasa desatar ese complejo entramado de hilillos a travéz de un punto de encuentro y partida, donde la mirada debe ser profunda,clara y cristalina, a la hora de dibujar el país que queremos dejar a las nuevas generaciones, cuyo apalancamiento debe ser el trabajo honeto, producción, estudio,lucha, creatividad e innovación, donde la riqueza sea producto del esfuerzo individual y/o colectivo.Nadie se quede en la gradas como simple espectador.
Yo recuerdo los años 80, cuando sobre el tema de la corrupcción se ent¿revist¿aba a un “Ayathola del Puntofijismo…si mal no recuerdo, era Gonzálo Barrios; se le solicitaba su opinións sobre la corrupción _ que eraya notoria en los más altos niveles de la administración pública con ribetes de escándalo – en su respuesta el cont¿ertulio dejó caer esta perla :” EN VENEZUELA NO HAY RAZÓN PARA NO ROBAR, PUESTO QUE LOS INSTRUMENTOS DE LA ADMIISTRACIÓN PÚBLICA ESTÁN DISEÑADOS PARA QUE UN FUNCIONARIO ENTRE DE COTIZAS Y SALGA MULTIMILLONARIO….NO IMPORTA QUE SEA EN ASEADOR O EL PORTERO” Por otro lado nuestro recordado escritor Arturo Uslar Pietri, preocupado por este flagelo afirmó :” En Venezuela el que no roba es considrado un pendejo”.
t¿odas estas reflexiones me extrapolan a los tiempos de estudiante y¿ recordar las clases de filosofía que nos impartia el recordado profesor Jesús López,margariteño, a quién no volvimos a ver, pero le recordamos como por su calidad de educador.
Evoco hoy sus diserciones sobre Diógenes o la Lámpara de Diógenes que el común de la gente las toma como simples mitos y leyendas, pero sus contenidos muy apropiados sobre la descgracia que ocasiona la corrupcción y las “malas mañas” que corroen los cimient¿os de la sociedad y el Estado.
Diógenes decía lo que pensaba, no tenía pelos en la lengua, no conciliaba con los poderosos porque sabía de donde manaba su poder; vivía con poco; sobre el personaje recuerdo una de sus anécdotas muy recurrente para estos momentos y que mayormente llama su atención; cuando un conocido que servía al rey, viendo a DIÓGENES comiendo lentejas a lapuerta de su tinaja, le dijo ” SI TU TRABAJARAS PARA EL REY NO NECESITARIAS COMER LENTEJAS”. A lo que el filósofo respondió: ” SI TÚ PUDIERAS COMER LENTEJAS NO TENDRÍAS QUE TRABAJAR AL REY”, al comienzo del artículo en comento se decia ” Aquí el que no se vende, se alquila” y agregaría, son muchos los que se venden por un plato de lentejas. Estos pensamientos de DIÓGENES se transfiguran delplano metafísicoalrealacontecer vivencialde estos tiempos de tmpestades donde la esperanza y el temple son el clarín de la patria que no espera.
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