jueves, 6 de abril de 2017

CUENTO: " UNA MIRADA ESCOLAR AL AGUA"


En esos ajetreos escolares de nuestros hijos, les toca toparse con las denominadas efemérides propias del mes de Marzo. Al hijo de mi vecina Eulalia le asignaron la correspondiente al día del agua. En ese afán de cumplir con su deber ser como estudiante, debía preparar una exposición sobre el tema más acucioso que tiene en vilo a la humanidad toda, dado el deterioro ambiental que ha ocasionado el hombre en su afán de obtener riqueza a costa de destruir  los ecosistemas. Ambos nos fuimos a la biblioteca " Mario Briceño Iragorry" en la ciudad de Trujillo, allí colocamos sobre la mesa una selección bibliográfica sobre el tema a tratar y luego de leer a " vuelo de pájaro" varias de ellas, no sin antes advertirle que los tres retos fundamentales que tiene la humanidad son: superpoblación, alimentación y agua. Nos encontramos una bella leyenda del pueblo o nación Wuayuu que expresa la cosmovisión que tienen ellos sobre el agua. El pueblo Wuayuu es tierra de asombro, territorio de lo irreal y maravilloso, con personajes que se dejan dibujar en una oralidad avivada por un acervo fabulador imperecedero en el alma indígena como protector de esa savia de vida que constituye la naturaleza, especialmente el agua. Nos llamó la atención una narración denominada " " La historia del ojo dl agua" que tuvo lugar en la comunidad de Jepirra ( cabo de la vela) con una familia conformada por la pareja y dos hijos. Pasaban mucho tiempo de trabajo para conseguir agua dulce para tomar. Cierto día, la viejita se acostó como de costumbre, pensativa y triste, y entró en un sueño profundo...cuando de pronto se le presentó en sueño una vieja y le dijo: Porque estás tan triste no esté triste, escucha muy bien lo que te voy a decir: vas a ir cerca al mar, allí verás una piedra inmensa y húmeda, le darás golpes con la piedrecita. Lo único que tienes que tomar en cuenta es que nadie te descubra mientras estés haciendo eso. Al amanecr, la viejita se levantó sobresaltada, buscó una múcura y se a buscar el sitio que le habían señalado en el sueño. Vio la piedra húmeda y empezó a golpearla; fue tan grande su alegría cuando vio que iban saliendo gotas de agua, colocó su múcura y esta se llenó. Así continúo  los otros días buscando agua, hasta que un día asombrados sus hijos y esposo, deciden seguirla para descubrir de donde la traía. Para que ella no se diera cuenta que le seguían, se fueron por mar y llegaron al sitio donde ella se encontraba golpeando la piedra  a punto de brotar agua. Ella sorprendida al se descubierta por ellos les dijo: porqué me siguieron...Y luego como por misterio, todos quedaron convertidos en piedra.

sábado, 25 de marzo de 2017

LA MISA QUE DESPIERTA COMO UNA CAMPANADA


Siempre aprendí de mis padres la costumbre de asistir a misa todos los domingos en la Catedral de Trujillo. Todos los domingos, mi madre nos preparaba para asistir a la misa de 8 am; nos daba lo necesario para costear la acostumbrada limosna, una barquilla al salir de misa y una entrada al famoso Cinelandia, cuya toponímia nos era muy familiar por nuestros afectos cinéfilos, siempre en los alrededores de la plaza Bolívar.  Llegábamos al templo bien vestidos: camisa blanca, manga larga, pantalón de lino, color azul y por su puesto na podía faltar el ” Agua de colonia” Como era de costumbre, el padre Nelson se subía a un improvisado púlpito, allí, luego de leer un pasaje del evangelio, dirigía un sermón a la feligresía que aborrotaba los espacios del recinto religioso, especialmente los dardos iban dirigidos a ciertos y encumbrados ricos, que se daban golpes de pecho, cada vez que el cura tocaba las llagas que laceraban el alma de éstos inicuos personajes. Imponente el padre Nelson, comenzaba su sermón haciendo alusión al “Sermón del Monte” ahora  – decía el padre Nelson – hay pobreza y miseria en ciudades , rascacielos, túneles, elevados, cementerios,, vertederos de basura, puentes y pare de contar…Si ! allí,  en esos lugares, comparten vida los desheredados sociales, que colindan con la miseria humana: madres alcohólicas,prostitutas, padres drogadictos, delincuentes, mendigos, ancianos y niños abandonados pero etiquetados como ” de la calle”; se ven como harapos sociales, salidos de las catacumbas de la crueldad humana. Les recuerdo – decía el padre Nelson – que este nuevo teatro de la globalización,  en sus etapas de tecnología, robotización y Satelización, son apenas partituras de un ensayo inevitable que prometen conducir a millones de seres humanos hacía el patíbulo de las escorias y degradación del género humano. Ahora – decía el padre Nelson –  los seres humanos no tienen nombre, ni familia, ni suelo, ni patria; ahora se distinguen entre pobres y miserables que poco importan a la hora de hablar del progreso de unos pocos en su afán de buscar riqueza con poco esfuerzo. No nos duele ver un niño y un anciano cuando toca nuestras puertas, pero elevamos oraciones por nuestra prosperidad. Acaso – decía – no será Dios que nos visita en forma de niño y de anciano y le cerramos la puerta. Les recuerdo hermanos – decía el padre –   que en este mismo templo en el ala derecha, frente a la sala del Nazareno hay una lápida en honor a Monseñor ” Estanislado Carrillo” a mi juicio- decía- el único prelado  Santo que terminó su ofrenda sacerdotal en ” votos de pobreza” esa lápida dice: ” El que quiera alcanzar la gloria de Dios, debe despojarse de toda riqueza material ” No olvidemos que el compromiso de la iglesia es con los pobres.. para mi fue una feliz e inolvidable misa.

LOS BANDIDOS Y EL TONTO RAMÓN

Ramón era un hombre rechoncho, de dentadura postiza con tres dientes de oro, sirvió de capataz a muchos dueños de hacienda, de ellos aprendió el arte de vivir en lugares peligrosos. Ramón era hijo de Toña Machetes, de ahí su inclinación por amolar machetes. Un día se mudó al pueblo de los  ” desbarrancados” llamado así, por la proliferación de todo tipo de vagabundos. En dicho pueblo habían unos bandidos que habían robado a todo el mundo, no se les escapaba ni el cura del pueblo, sin embargo, había un hombrecito al que nunca pudieron robar porque era ” tonto”. Un día se le acercó el jefe de los bandidos y le dijo: ! Ramón ! revisé la lista de todos los habitantes del pueblo y usted es el único que falta por robar. Ramón el ” tonto”,  que sólo tenía una casa, un burro y un panal de avispas ” mata perros ” se puso a pensar  cómo evitar que los ladrones llegaran a su vivienda a robar lo poco que tenía. Decidió  mudarse a un rancho abandonado en plena montaña, pero antes de  de huir dividió el panal de avispas y las distribuyó por partes  dentro de su casa, de modo que cada puerta y ventana quedara blindada, a la vez les dejó preparada una especie de sobremesa que daba la impresión de banquete. Al llegar los bandidos todos hambrientos, las avispas se alborotaron y la estampida de los forajidos no se hizo esperar. Los bandidos pasaron meses en curarse y sacarse los “aguijones” que laceraban sus rostros. El jefe quedó tuerto y los bandidos juraron matar al tonto Ramón, quién pernoctando en su nueva casa sintió la presencia de varios tigres que merodeaban  su casa con malas intensiones y antes de huir decidió ponerle su burro como cebo, guindandolo en lo alto del techo, de manera que los tigres pasaron varios días saltando sin poder  saciar su hambre con tan apetecible presa; frustados y agotados los tigres quedaron tendidos en profundo sueño. Al día siguiente, llegaron los bandidos, la sorpresa no pudo ser mayor, al no más entrar, se oían rugidos, gritos,plomo,machetes. En la sala sólo quedaron media docena de bandidos desgarrados y varios tigres muertos. El jefe de los bandidos ahora era tuerto y mocho, pero más sanguinario. El tonto Ramón regresó al rancho a bajar su burro, se hizo de la piel de tigre, las disecó y curtió, de modo que hizo un ” Petate” con dos esteras forradas con piel de tigre, hizo además cortinas para proteger puertas y ventanas ante el peligro inminente. Al acercarse de nuevo los obsesionados del mal, sintieron el olor a tigre por todas partes y el jefe de los bandidos exclamó para sus adentros: ! donde ronca tigre no hay burro con reumatismo! Y sobre Ramón dijo ” QUIÉN NO LO CONOZCA QUE LO COMPRE”

jueves, 16 de marzo de 2017

EL POCITO DE MIMBATE ( AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ, 2017)

 En este de mes de marzo celebran en las escuelas el Día Mundial del Agua, por casualidad, guardo desde niño una anécdota o relato sobre el “pocito de Mimbate” que me enseñó a enamorar y amar la naturaleza.
Mimbate, es una comunidad campesina ubicada en la parte alta y paramera del municipio Trujillo, cuya carretera vieja conduce al jardín de Venezuela. Allí estaba asentada la semilla genealógica de mi familia materna.
Durante mi infancia- adolescencia aprovechábamos las vacaciones escolares y nos mudábamos por dos meses, a convivir con nuestros abuelos, con los pájaros, árboles frutales y todos esos animales domésticos que complementan  de manera maravillosa la vida campesina.
Todo amanecer campesino es un ensueño mágico, uno se convierte como una cosa chiquita ante la inmensidad de la naturaleza: el olor a tierra morada, a mastranto, amanecer con nubarrones corriendo con el viento como queriendo abrazar la montaña, gotas de rocío, el tiznar de los pájaros, cantar de gallos, el calor afectivo del fogón que se enciende como altar al dios pan, lluvias encantadoras que enamoran y miman sueños de vida que caen como una gracia divina para premiar la faena del campo.
Había en Mimbate un sitio muy especial y encantador, rodeado de piedras húmedas y lavadas de donde brotaban gotas cristalinas. El pozo lo era todo, allí concurríamos por las mañanas y tardes a buscar el líquido cristalino, transparente, divino, vital, embriagador e inspirador. Aprendimos que el pozo se convirtió en un ente espiritual y material, que se va sembrando en el alma del campesino.
El pocito era el sitio donde se daban cita los amores anónimos, donde se hablaba de las cosechas, conuco, del trueque de productos. Siempre que visitaba el pocito lo observaba con miradas que hablan, algunas veces lo veía triste como si quisiera llorar por los fantasmas de la sequía, otras veces lo veía alegre con el croar de los sapitos que anunciaban la venida de las lluvias. El pocito, al igual que la laguna y el lago, son los tres ojos donde se refleja el arcoíris para enseñarnos que la vida es de múltiples colores siempre y cuando entendamos que el agua es el collar de la vida.
En aquellas miradas pueriles que siempre se anidan en nuestros egos, están vivos las imágenes y los recuerdos vírgenes que se avivan como aquellas ortigas olorosas que enamoraban y curaban hasta el “mal de amores”.
Hace muchos años mis ojos se despidieron de aquel lindo y bello panorama natural, lleno de secretos humanos y divinos que hoy todavía viajan como pasajeros peregrinos del tiempo. Allá nos vemos. Allá hablamos. Allá en donde una vez mi abuelo con toda la inocencia de su niñez le regaló una flor de “siempre viva” que resumía todo el sentimiento afectivo hacía quién siempre sería el amor de su vida.
En estos tiempos donde el deterioro ambiental se traduce en sequías que ponen en peligro la vida en la planeta, es placentero recordar estas humildes elegías a la celebración del Día Mundial del Agua, recordando que sin ella no hay vida. Tenemos que volver la mirada a nuestra naturaleza con el mayor respeto por ser la madre mayor que nos da el sustento en todas las aristas de la vida, recordando siempre que los robots no toman agua.
El futuro de la humanidad está en el pocito, ¡no permitamos que se seque! Se trata de una mirada ecológica a nuestro devenir como género humano.

Saúl Briceño
saulbrifer2011@hotmail.com

CUENTO ECOLÓGICO: "EL POCITO DE MI ABUELO ANDRÉS" ( AUTOR SAÚL BICEÑO FERNÁNDEZ,2017)


sábado, 4 de marzo de 2017

LA TRISTE HISTORIA DE UN AMOR VIRTUAL


Ahora si es verdad que cupido, Porfirio Rubirosa, Albertico Limonta y Jean Carlos Simancas se  quedaron en las páginas del recuerdo. Mi padre llegó a tener tres mujeres al mismo tiempo que vivía con mi mamá, llegando a conocer 27 hijos entre hembras y varones - así lo cuenta Manuelito - el hijo menor de un " Don Juan" de esa camada de padrotes que regaron hijos por todo el suelo venezolano. Antes solo se necesitaba una serenata, una cartica, una fiesta, un velorio para coronar la escapada con la novia, un lleva recados o una cadena de piropos bien administrados. Ahora no es así -comentaba Manuelito - el amor es un río que trae nuevas aguas, se necesita manejar nuevas herramientas, sin olvidar aquellas imperecederas consejas poco lindantes con el mundo de Romeo y Julieta y muy cerca del inolvidable Otelo  de William Shakespeare : " Dando y Dando" " Amor con hambre no dura" "si me viste no te conozco". No me queda más que decir, que las formas de enamorarse están cambiando y que las redes sociales también pueden ayudar a encontrar a un verdadero amor y no sólo encontrar chicas, que sólo buscan amigos con derecho a todo, sin ningún tipo de formalidades, es decir, que sólo buscan divertirse y guindarse de las consejas que anoté anteriormente .Con decirte - decía Manuelito - en sus acostumbradas tertulias  con su compañero de cuarto llamado Joselo, que un día me registre en las páginas de Badoo, Amor en Línea y en otras que no recuerdo, allí hice contacto con infinidad de chicas con las cuales chateaba y buscaba con afán mi afinidad con muchas de ellas, hasta que un día me conseguí una chica que cumplía con el formato que a mi parecer era la mujer ideal de mis sueños. Llegamos ambos a ser la pareja perfecta pero de manera virtual, ella al otro lado de la pantalla, nos intimidamos tanto que pasábamos toda una noche chateando, cada uno flechando hasta las intimidades más profundas del alma y del sentimiento, llegamos a creer que la vida era imposible el uno sin el otro .Joselo al oírme se quedaba extasiado con lo que él consideraba apreciaciones fantásticas,  donde privaba la emoción más que la razón y me alertaba que tuviese cuidado sino era yo víctima del síndrome del amor platónico que tanto daño hace al que se enamora solo.Recuerdo que sólo le respondí : ! JOSELO! " El Amor es ciego" A lo que Joselo me respondió, mi abuela Anatolia siempre me decía : "A mor de lejos, amor de pendejos". Pasando por alto las advertencias de mi amigo, llegó el día del viaje  por conocer mi alma gemela, ella se llama Berenice, una guapa y bella chica de 22 años y yo rondando los las 42 primaveras. Berenice vivía en Cagua Estado Aragua; allá me esperaba en el terminal las Delicias .Acordamos identificarnos por el color de la vestimenta, yo iba ataviado con chaqueta y pantalón Blue yeen y ella vestida con bragas de pana color negro y blusa amarilla, las demás características ya estaban copiadas en nuestra imaginación. Al vernos en pleno pasillo del terminal sentimos que el amor abre sus alas. Lo demás lo hizo la inocencia, me ubicó en un hotel que después supe que era de "Mala Muerte" Allí pasó de todo en cuatro días, recuerdo que siempre me insistía sobre mi estatus, propiedades y todos esos sondeos que de manea disimulada increpaba sobre mi cartera, cuentas bancarias y tarjetas de crédito,  que hacían presumir que estaba en presencia de una caja registradora. Salíamos por las tardes a los centros comerciales y regresaba como San Nicolás full de ropa y de cuanto detalle se le atravesaba en las vidrieras de los comercios. Al quinto día me dijo que tenía que ir a su casa a reportarse para no causar alarma con su ausencia. Esa misma noche me visitaron unos malandros en mi hotel y  queda todo dicho lo que pasó, pués pasé 15 dias en terapía intensiva, sin cartera, íngrimo y solo. Después supe que la dama no se llamaba Berenice, era una malandra cibernética que era utilizada como señuelo para atrapar Galanes cibernéticos.! ah rigor como me duele no haber escuchado las advertencias de mi amigo. En las avenidas virtuales viaja todo tipo de escombros humanos.    

viernes, 3 de marzo de 2017

EL MONO DE RAMONA


 Cuenta Don Camilo que cuando ejerció como jefe civil en un pueblo de Trujillo, le sucedieron muchas historias propias de su cargo, pero la que les voy contar – decia- es para coger palco. Era una costumbre muy arraigada en los vecindarios tener mascotas, muchas veces para suplir la ausencia de una pareja, un familiar, un amigo o bien para disimular una soledad. En cualquier vivienda había  loros, guacamayas, gallinas, pavos reales, pájaros, chivos, ovejos ,perros, cochinos. Pero en una vivienda de de amplio y extenso patio vivía Ramona, una típica mujer de barrio, de esas que no se le muere el niño en la barriga, vaqueana, tosca, altanera y con un lenguaje que rondaba entre lo grotesco y lo vulgar; la suso dicha dama no se paraba en artículos  a la hora de decir lo que siente y, más aún – decía Don Camilo- cuando molestaban a su mono. Antes de continuar mi relato – decía Don Camilo – traigo a mi mente un pasaje de la novela ” El Amor en los tiempos del Cólera ” de nuestro recordado Gabriel García Marquez, donde su personaje ” El doctor Urbino” dibuja a  aquellas personas que odian a lo animales pero lo disimulan de manera muy diplomática. Allí se decía que lo perros no eran fieles sino serviles, que lo gatos eran oportunístas y traidores, que los pavos reales eran heraldos de muerte, que las guacamayas no eran más que estorbos ornamentales, que los conejos fomentaban la codicia, que los micos (monos) contagiaban la fiebre de la lujuria y que lo gallos  estaban malditos porque se se habían prestado par que a cristo lo negaran tres veces. Fue precisamente en el el año 1985 en que estas magistrales ocurrencias del “Gabo” me llevaron a recordar al famoso mono de Ramona. Ella tenía un mono “Capuchino” al que llamaba ” Chiquito” que permanecia encadenado por la cintura en un árbol de “Pumagasa”; era un mono que defendía su espacio lanzando orines ante la presencia de cualquier intruso. El mono era una atracción par propios y extraños, sobre todo para los estudiantes que al pasar por su casa molestaban al mono de Ramona. Un día por razones desconocidas se le escapó el mono a Ramona , ésta toda descompuesta sale de su vivienda por todo el barrio gritando ! agarrenme el mono! !agarrenme el mono! mientras que el mono disfrutaba u libertad de copo en copo. Todo se volvió una algarabía y un desorden público, ya que  la fuga del mono coincidió con la salida de los estudiantes del liceo, éstos últimos, al tiempo que perseguían al mono, entonaban de manera sarcástica y burlona, expresiones que se dejaban caer ! allá va el mono de Ramona ! agarrénle el mono a Ramona ! Y el mono nada de dejarse agarrar. Esta novedad me llegó al despacho – decía Don Camilo – y ordené arrestar y traer a mi presencia al mono, a la dueña del mono y a los revoltosos;habida cuenta que estaban contraviniendo las reglas de la moral y las buenas costumbres. Cumplida la orden, excepto la captura del mono, procedo a interrogar a uno por uno, pero como son muchos los detenidos, acuerdan interrogar a Remigio Y  Ramona a  nombre de todos los involucrados. Don Camilo investido de autoridad pregunta a Remigio ¿Conoce usted al mono de Ramona? .si lo conozco. ¿Como se llama el mono de Ramona?. se llama ” CHiquito” ¿Sabe usted cual fue el muchacho que le agarró el mono a Ramona?. A lo que Remigio responde ¡comandante! nadie le ha agarrado el mono a Ramóna. ¿Que hace un mono en una cuerda de secar ropa?. Remigio se quedó pensando y nunca dió la respuesta. Tocado el turno a Ramona, ésta sin inmutarse responde¡comandante! lo que más´deseo en esta vida es que me agarren mi mono, sólo contestó la última pregunta, respondiendo: ¡ Comandante ! el mono hace lo mismo que usted: Monerias. No apareciendo el cuerpo del delito, los detenidos quedaron en libertad. Pero quedó pendiente la respuesta de las cuarenta mil lochas. ¿Que hace un mono en una cuerda ? que se la dejamos al criterio del acucioso lector de esta anécdota.

lunes, 20 de febrero de 2017

CUENTO: " LA FURGONETA FORENSE" ( AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ,2017)


Saúl Briceño.- Una de las características del trujillano es su solidaridad, hacer amigos y favores; hacer el bien sin mirar a quién, es el camino que guía la idiosincrasia del ser trujillano. Ese manantial de virtudes humanas proviene de la vida campestre, donde se aprende a compartir el pan y el amor con el prójimo. Así somos los “gochos” decía Pablo, un lugareño que tenía como medio de sustento una camioneta pick-up con una batea amplia, que utilizaba para mudanzas, vender mercancías,  y algunas veces, cuando las circunstancias lo ameritaban, hacia las veces de transporte público.
Su ruta o labor cotidiana la realizaba entre los caseríos de Flor de Patria, la Concepción y la capital Trujillo. La camioneta de Pablo se hizo famosa, llegó a ser bautizada como “La Pampero”, porque su dueño los fines de semana se montaba sin bajarse del denominado “caballito frenao”. La batea de su amada Pampero se llenaba de borrachos, para llevarlos a su casa a altas horas de la madrugada. Un día, estando en Flor de Patria se muere un señor, pero en el lugar no hay funeraria, por lo que llaman a Pablo para que se dirija a Trujillo a comprar un ataúd, diligencia que hace, pero al regreso le suceden unas sorpresas, que hacen pensar a Pablo, que el propio difunto no quería que lo enterraran.
Al regreso de Trujillo a Flor de Patria se aparecen en el trayecto dos amigos: “El Chingo” y “La Surupa”, que le piden la cola. Estos se ubican en los puestos delanteros y siguen la ruta trazada. Todo iba, a decir de Pablo “viento en popa”, pero más adelante se topan con el “Gordo Ganzúa”, quien solicita la cola y se sube a la batea al lado del ataúd. A mitad de camino comienza a llover a manera de lo que los andinos llaman “tremendo palo de agua” y el gordo comienza a incomodarse, por lo que Pablo le sugiere que se meta en el ataúd mientras pasa el torrencial aguacero.
El “Gordo Ganzúa” no quedándole otra alternativa, se introduce en la caja mortuoria y se queda dormido. Pasando por la Concepción se aparece otro amigo apodado “la rockola”, muy conocido por el arte de doblar las mejores canciones románticas de la época. Éste le ruega que le dé la cola y Pablo que nació para hacerle la segunda a cualquier mortal, lo invita a que se suba a la batea. Éste sube, no sin antes persignarse ante el féretro, que daba al ambiente un hálito de miedo y misterio.
Ya muriendo la tarde y acercándose a Flor de Patria, el invierno no se siente, por lo que “El Gordo Ganzúa” abre la tapa del ataúd y se sienta todo sudado. Inmediatamente “la rockola” en medio del shock, se espanta y se tira de la camioneta, el gordo también sorprendido y confundido, se lanza del vehículo, porque pensó que se le había aparecido el propio difunto, reclamándole la profanación de su esperado recinto. Los dos fueron ingresados a un centro asistencial, quedando ambos en sillas de rueda. De ahí en adelante la camioneta de Pablo fue re-bautizada como la “furgoneta forense” y más nadie volvió a pedir una cola.

miércoles, 1 de febrero de 2017

CUENTO: CECOTTO Y LA PARCA

Si es cierto, que en nuestra alocada vida desde la niñéz ondean en nuestra mente las imágenes de un hospital, una iglesia y un cementerio, no sin embargo, tratamos de hacerlas indiferentes, como si la cosa no fuese con nosotros.Esto lo afirmaba mi amigo Miguel en su declive como practicante de los deportes extremos, que siempre lo mantenían entre los linderos de la Adrenalina y la dopamina. Esto lo afirmaba mi amigo Miguel, a quien lo llamaban cariñosamente "Cecotto" por las innumerables " Piruetas" que hacia en su destartalada moto, para llamar la atención de las chicas del barrio. Un día sábado, tocan a la puerta  de su casa para avisar que " Cecotto" había sufrido un accidente, siendo ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos por la gravedad de las lesiones. Su padre Ramón se dirige al nosocomio todo atribulado,  en el camino se le oyó comentar aquel adagio que dice: " Tanto va el cántaro al agua hasta que por fin se rompe". Miguel yacía inconsciente, con las extremidades con múltiples facturas. Los galenos pasaron  meses para recuperar y salvar su vida. Para Miguel la moto era su vida, su pirueta favorita era hacer el famoso " Caballito".su sueño era competir en un campeonato de ese deporte extremo, pero la vida le jugó una mala pesada.Hoy yace en una silla de ruedas como una ficha más del ejército de discapacitados como consecuencia del mal uso de los llamados caballitos de acero.Hoy no quiere saber nada del mundo de las motos. Cuenta Miguel, que estando moribundo soñó que iba haciendo piruetas a toda velocidad en una avenida y de pronto sintió que a su lado se apostó otra moto cuyo conductor era la " La Paraca" su imägen desnudaba una calavera o espectro envuelta en un traje negro y con capucha, portando una " Guadaña" formada por un mango largo y una cuchilla ancha y larga y puntiaguda. Llevaba una libreta de anotaciones y me gritó: DALE ESTUPIDO...DALE...! SEGUÍ JODIENDO QUE YA TE TENGO ANOTADO...! Creo - decia Cecotto - que me dieron una segunda oportunidad pero a costa de una ironía: " Piaste tarde pajarito"

CUENTO "RECUERDOS DE UN FRUTERO CARAQUEÑO "


Caracas es una ciudad impredecible por la cantidad de historias y anécdotas que abundan en su cotidianidad. La Caracas de los años 80 era una ciudad que enamoraba por su gente, su historia, su música, especialmente su vida comercial y nocturna.
Así se le oía decir al “turco Gilberto ” cuando se le preguntaba ¿Por qué a Caracas se le llamaba la sucursal del cielo? Gilberto, un Trujillano que llegó a la capital para dedicarse a Frutero, de cuya actividad se hizo próspero y se le incrustó en toda su epidermis cultural la vida caraqueña. El frutero – decía Gilberto – llegó a ser el ícono de la cultura urbana caraqueña, ya que a través de él se daba esa fusión entre caraqueño, andino, oriental, llanero y zuliano. No era pocas las veces que se le oía decir a los fruteros: “Caracas es Caracas, lo demás es monte y culebra” expresión que desnudaba el apego del frutero hacia la ciudad que los cobijaba.
Todo  frutero le colocaba un ambiente musical a las esquinas con música de moda. Recuerdo que Oscar de León y la Dimensión Latina dedicaron una canción llamada “El Frutero”, una especie del género de salsa y música tropical; era un deleite abordar un medio de transporte y oír por el reproductor esa pieza musical que enamoraba al caraqueño de a pie:
Las frutas son como flores / llenas de aromas y saturadas de miel / fruta, quién quiere comprarme frutas / mango, de mamey y bizcochuelo / piña, piña dulce como azúcar / quieres comprarme frutas sabrosas / marallones y mamoncillos del caney.
Para el turco, era un éxtasis recordar después de 34 años su añorada caracas, la conocía de palmo a palmo, pero dijo a quienes le oíamos  sus anécdotas, “¡amigos! Caracas también te pone tus trampas. Un día andando con mi hijo, éste se antojó de una chicha en la avenida Baralt, entre las esquinas La Gorda y Puente Llaguno, comprado el producto caminamos un trecho saboreando la sabrosa y rica merengada, de pronto el muchacho sintió atragantada la garganta y convulsiones que le hicieron expulsar un anillo de oro. Al día siguiente nos fuimos al edificio La Francia y allí nos dijeron que el aro tenía sobre el bisel dos diamantes de alto valor. A los dos meses, salió en la sección de sucesos del diario Últimas Noticias la siguiente reseña: Capturada Banda de ladrones y chicheros que operaban entre las esquinas La Gorda y Puente Llaguno dedicadas al robo y hurto de carteras y cadenas de oro. Ese anillo lo conserva mi hijo Renato -el turquito- para recordar aquella rica y sabrosa chicha. Con napa y todo. Hoy Caracas no es la misma, pero la llevo en el corazón”.

CUENTO: "AMORES DE UN PAYASO "


Desde niño admirè a los payasos fuesen del gènero femenino o masculino, tuve la oportunidad de ser vecino de una familia Colombiana, cuyos miembros ejercían el oficio de Payaso, entre ellos ” cepillo” ” melcocha” y ” Campana”. La vida del payaso transcurre en mostrar lo que es, lo que siente, lo que le sucedió en algún momento de su vida y que le impactò de sobre manera, además, reir y hacer reír, aunque en su interior haya tristeza. Siempre le acompañaba en su sala de star o vestuario: lo primero que hacían era pintarse la cara, ponerse pantalones muy grandotes sostenidos con elásticas  y puntos y rayas de multicolores, además de zapatos enormes ;de  ahí salían a cumplir compromisos con algún circo. De ellos aprendì a ser payaso tenièndo apenas 15  años. Fueron veinte años de carpa en carpa, de país en país donde las anècdotas superan las de un marino mercante, en sus turbulentos desafíos que deparan los bravíos mares y Océanos. Yo entrè junto con “cepillo”, “melcocha” y campana” a trabajar como payaso en el ” RANSAS CIRCUS” cuyo propietario era un Italiano llamado DON Mercusio, a quien gustaba mi repertorio, convirtièndome en la atracción del espectáculo circense por la cantidad de aplausos que recibìa del público espectador. MERCUSIO tenia una linda hija llamada ” Irama”, cuya belleza cautivaba, siempre iba a su lado, al igual que un enano llamado ” caprenco” y el trapecista  “sansonis Espartacus”” que parecía un perfecto ” Charles Atlas”  añoraba para su hija un hombre fuerte que le diera seguridad. El circo también contaba con un afamado mago llamado ” Orión” experto en hacer aparecer y desaparecer objetos y personas, además de practicar la brujería. Mi amigo “cepillo” se enamora locamente de Irama. Un dìa se le acerca con esas miradas que hablan màs que mil palabras, le confiesa su amor.La inmaculada niña, toda sonrojada le manifiesta que ella también està enamorada, pero le pide que se vean a escondidas, porque su padre quiere casarla con el trapecista. Ambos decidieron verse en un establo alejado de la carpa, pero sus conversaciones fueron oídas por el enano, quien notifica todos los detalles del noviazgo. Don Mercursio ordena encerrar a su hija en un sótano, manda a llamar al mago y le ordena asustar al novio con un aparecido. Mientras ” cepillo” espera la ansiada llegada de la dama , oye unos ruidos extraños, acompañados de un hombre gigantesco con muchas manos y varias cabezas que le grita que viene a llevárselo para el infierno, èste en un desesperado mecanismo de defensa le riposta que el acepta que se lo lleve, pero que le permita hacer el último libreto como payaso, aceptada la propuesta el espirito maligno se reìa y aplaudìa, de esta manera, pasò toda la noche hasta que apareció el sol y el espanto tuvo que huir. Mi amigo cepillo corrió a buscar a su amada y en el camino se encontró con Don Mercusio, quien le dijo: usted! me demostró que no tiene miedo y que mi hija en sus brazos està segura, así que tiene su puesto ganado.

LAS ANGUSTIAS DE UN PAYASO


El circo llego al pueblo y se asentò en una de sus mesetas, con sus carrozas de payasos, malabaristas, enanos, trapecistas, magos, adivinadores y una especie de safari con tigres, leones, monos, loros, guacamayas, elefantes, jirafas, caballos burros. A los 5 días de iniciar sus funciones, comienza a llover, de manera que las precipitaciones movían las carpas. Al sexto dìa, al amanecer, su director Don Elbano, observaba que sus animales manifestaban inquietud, que presagiaba la presencia de un fenómeno cuyo alcance superarìa la capacidad de conservación de los habitantes del pueblo, envía a su payaso " Peluquín" que estaba disfrazado para comenzar su actuación. El payaso triste y llorando, pidió a los habitantes auxilio y  solicitò ayuda para mudar el centenar de animales que corrìan riesgo de morir por una avalancha de lodo que ya comenzaba a anegar los espacios del circo, pero la ironía no se hizo esperar, los pueblerinos creian que era una estrategia del payaso" Peluquìn" para que colmaran las gradas del encarpado para presenciar una de las funciones del polifacètico payaso , así que, en ves de alarmarse, comenzaron a aplaudir. El payaso se sintió frustrado al no poder convencer a sus admiradores del peligro que corrían no solo la familia circense y sus animales sino también el pueblo entero. El payaso sentía en esos momentos màs ganas de llorar que reir...y no había manera alguna de que los incrédulos espectadores le creyeran, hasta que al final el lodo lo dijo todo en las propias narices de un pueblo que no quiso morir. Solo quedaron vivos un ciego, un sordo y un mudo que terminaron sus últimos años convertidos en verdaderos trotamundos, difundiendo por el mundo la filosofía necesaria que enseña como transformar el dolor en risas y alegrías, para convencer a los que no creen en la verdad y la solidaridad como un camino para encontrarnos.  

martes, 17 de enero de 2017

CUENTO: " LAS PASTILLAS DE PARMENIO "

 Me atrevo a decirte, a tenor de parecer ridículo, que lo que hoy acontece al género humano no sucede por casualidad. Se me ocurre decir, que lo que estamos viviendo, supera la perversidad humana y, desgraciadamente no hay arista de la vida que escape a estos presagios, en su mayoría inducidos por mentes maquiavélicas, que todo lo convierten en mercancía.
Así se le oía decir al viejo Abelardo Camacho, profesor jubilado, en sus improvisados diálogos y tertulias con Parmenio, este último, un político de izquierda entrado en años, que apelaba a su curtida dialéctica, para explicar cualquier noticia que estuviese en el tapete de los periódicos.
Un lunes apareció en un diario de circulación nacional una noticia titulada en primera página que decía: “Crisis alimentaría se agudiza por guerra económica, bachaqueo y puntomanía” y subtitulaba: “Venezolanos le abren más orificios a la correa, cada día son más los venezolanos que pierden 6 kg  en dos meses, muchos en su caminar parecen ganchos de ropa”.
Leído el titular, el viejo Abelardo lanza a su contertulio unos dardos con directas e indirectas sobre el tema, a lo que este le riposta:
-¡Usted no se entiende! ¡O es para adelante o es para atrás! Esa noticia no llega a categoría de tubazo.
Ahora escúcheme, decía Parmenio:
-Usted, amigo Abelardo, me preguntaba: ¿Por qué habiendo tantos adelantos tecnológicos y cibernéticos estamos pasando las de Caín? ¿Por qué le echamos la culpa a los demás? ¿Por qué los alimentos no son accesibles a todos?
Déjeme decirle, amigo Abelardo, que el problema de los alimentos es mundial, es el reto latente de la humanidad desde que Malthus afirmara que la población crece en progresión geométrica, mientras los alimentos tan solo aumenta en progresión aritmética -y agregó que- hace tres décadas Henry Kissinger dejó caer esta perla: “El que domine el petróleo domina los Estados y el que domine los alimentos domina al hombre por el ombligo, los pone de rodillas”.
Y a propósito -refería Parmenio-, aparecen tres damas o corporaciones del apocalipsis, que ponen a bailar joropo con eso de los alimentos: doña Monsanto (semilas), doña Duphon (abonos), doña Bayer (plaguicidas). Estas doñas manejan la oferta y la demanda, además, de imponer los precios. Pero a ejemplo de los astronautas, la solución la tiene la ciencia con las famosas pastillas, barbitúricos y ampollas para aplacar el hambre, para dormirse por tres meses. Tendremos media población despierta y media durmiendo.
Si estas inyecciones la vendieran hoy en día, el velorio sería colectivo para buhoneros, bachaqueros y puntómanos. La ciencia siempre se sale con la suya. Dios nos agarre confesados.

viernes, 13 de enero de 2017

CUENTO: " DIOS PARA AL CAIDO " ( AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ, 2016)

Cuando el pesimismo es el colmo de todo, ni el burro se anima!Así lo recordaba el maestro Raúl Gil para referirse a aquellos hombres del campo, que teniendo tierras ricas para el arado se rehusaban a sembrar y producir. En mi vida de estudiante- década del setenta- era común compartir estudios con compañeros provenientes de los campos. Así conocí a dos de ellos, cuya empatía  anidó una hermandad;uno se llamaba Eligío, el otro Manuel, ambos oriundos de un pueblo llamado ” San Lázaro”, ubicado en la serranía de los andes Trujillanos. En unas vacaciones de semana Santa -a solicitud de Eligío- viajamos a aquel hermoso paraje y pueblo colonial, apreciando su paisaje bucólico, río, costumbres, creencias, leyendas, mitos,su gente,su vocación agrícola, su indianidad legada de nuestros ancestrales timoto-cuícas;un abre boca para quién quiera comprender de donde venimos y como nos hemos echado a perder en esa ” pandora” que llamamos civilización.En la vivienda de Eligio, ya cayendo la tarde y al abrigo de un fogón oímos de boca del señor Honoré – padre de Eligío -una historia o anécdota sobre dos familias vecinas cuyas tierras eran bendecidas para la agricultura, sin embargo una vivía próspera y otra en pobreza extrema. La primera familia sembraba y su cosecha era vendida en la ciudad, regresaban con mercancía y distinto utensilios para satisfacer las necesidades del hogar; no así la otra familia, pués solo tenián en la huerta:piedras.Un día bajaron a vender piedras y se burlaban de ellos,regresaban triste y frustrado;pero un día uno de ellos baja al templo,a oír la misa dominical y escucha al cura dando un sermón donde hacía alusión a quienes pierden la fe y esperanza:” esas son piedras muertas” hay que darle vida con el ejemplo del señor que nos cubre de gloría. Eso fue suficiente para que la familia tomaran las piedras amorfas y comenzaran a tallar imágenes del santo y venerable Dr. José Gregorio Hernández, fueron próspero y hoy tienen un museo donde exponen piedras vivas convertidas en imágenes.Con fe lo haces, Dios lo bendice.

CUENTO: " LAS GALLINAS DE ORTELIO " ( AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ, 2016 )

 En mi pueblo Trujillo, durante la época de Pérez Jiménez, había una bodega que se llamaba “Onza, tigre y león”, muy concurrida y de parada obligatoria, por ser la mayor y mejor surtida con todo tipo de mercancía.
En dicho establecimiento los fines de semana los campesinos se surtían de alimentos para animales, especialmente para aves de corral, puesto que el dueño, Don Eugenio, era aficionado a las peleas de gallo. Allí había un cartel vistoso que decía “No fio porque pierdo lo mío”.
En esa bodega, me llamó la atención unas cotidianas expresiones que se repetían, que si mal no recuerdo, decían: ” tate quieto, Ortelio”, “Ya vienes con una de Ortelio”, “deja que Ortelio descanse en paz “, ” ya saliste con una de Ortelio”, “Ponle una de Ortelio, “Esa coba no te la como porque está en el libro de Ortelio”.
Estas máximas populares se hicieron famosas en el mentis pueblerino de un grupo o sector a la hora de juzgar a un individuo experto en meter cobas, mentiras, engaños, fraudes, embauques, cuentos de camino.
Esto sucede en cualquier ámbito social; nos referimos al arte de mentir o “cobear”, bien sea, como un mecanismo de defensa, una salida airosa o síntoma de posicionamiento, ante una situación incómoda. Se le considera una salida salomónica ante una dificultad o apremio.
Ortelio, me decía, Don Eugenio, “era un personaje, un libro viviente, analfabeta, oriundo de las altas montañas andinas que rodea al pueblo de San Lázaro”; de allí se vino a Trujillo a temprana edad donde se destacó como albañil y gallero famoso; llegó a ser experto como juez de peleas de gallos, su gallera llegó a tener 200 gallos de pelea.
Conocía todas las trampas y trucos para que sus gallos salieran airosos en cada pelea, y su fama hizo posible que tres ricos muy respetables pusieran bajo su custodia 30 gallinas finas de mucho pedigree, traídas de Cuba y España  para sacarle cría. Tremenda responsabilidad, no por las gallinas, sino por la reputación: un juez, un jefe de policía y uno que tenía fama de matón. Aceptó el trato y junto a su hijo mayor Hercilio, de apenas 10 años, construyó un corral especial para albergar a tan especiales aves.
Un día, Ortelio como albañil fue contratado por una empresa para construir tres edificios en la ciudad de Maracaibo, que lo obligó a ausentarse, dejando a las gallinas bajo la responsabilidad de su imberbe hijo. Pasados seis meses, volvió Ortelio y la sorpresa fue mayor, las gallinas habían desaparecido, los sermones iban y venían.
¿Qué hago ahora? -se decía- nada. Regresó a Maracaibo y cada vez que regresaba para llegar a su casa, cambiaba por veredas para no dejarse ver de sus patrones.
Al año, su hijo Hercilio, culminó los estudios de sexto grado, y su maestra hizo un paseo de despedida escolar hacía el Monumento de la Paz. Al subir la montaña avistó un curioso hilo, tomándolo en sus manos, siguió la ruta del mismo, conduciéndolo a la famosa cueva de la Virgen de la Paz y allí consiguió las 30 gallinas echadas. También vio tantos huevos,  que se mantuvieron tres días cargándolos en tobos para su casa, llegando a recoger 500 huevos.
Al llegar Ortelio, oyó la historia, pero no sintió la alegría por el rescate, sino que le contó a su hijo que su mayor alegría era haberse caído de pie de un octavo piso, saliendo ileso, pues solo se le dañó el “contrafuerte” de sus botas. Esta fue la mayor salida salomónica de un par de “mentiritas frescas”. De esta vaina salimos premiados, “con la suerte no hay quien pueda”. Don Eugenio, remató “hijo de gato, caza ratones”.

jueves, 12 de enero de 2017

CUENTO: " PALOMINA YEGUA ADIVINA"

La década de los 70 es inolvidable por su música y juventud; los jóvenes en su mayoría estaban al tanto de las modas. Se concluían las "Torres Gemelas" símbolo e ícono de la sociedad de consumo, impuesta al mundo occidental bajo la premisa del "úsese y bótese".

En ese contexto, pasamos nuestra juventud en el barrio Alameda Ribas, parroquía Matríz, municipio Trujillo, aferrados a nuestras costumbres, por demás muy sanas y creativas.

De lo bueno poco, dice el dicho. Llegó la moda del fisicoculturísmo bajo la influencia de Hércules, Charles Atlas, el Santo "el enmascarado de plata" y los canales de televisión de la época que promocionaban la lucha libre como espectáculo.

Recuerdo que muchas viviendas de nuestro vecindario fueron convertidas en gimnasio, ring de boxeo, alzamiento de pesas. Nadie quería ser famélico o alfeñique, todos querían una musculatura de gladiador, que le permitiera ser el centro de atracción de las féminas del barrio y ganarse el respeto de los de su género.

Por las tardes bajaban a la plaza Bolívar y se exhibían en franelillas con la cabeza engomada de brylcreem, profesaban un narcisismo puro y se convirtieron en galanes.

Entre estos destacaron: Orlando "El Astronaúta"; Nelson "El Volador" y Lorenzo "el Chaparrín".

un día llegó a Trujillo el Razzan Circus y montó carpa por un mes,con animales tales como monos,leones,elefantes, loros, tigres, yeguas,payasos, acróbatas,adivinos, trapecistas etc.

A través de la única emisora Radio Trujillo se anunciaba el espectáculo; esto cayó como anillo al dedo a mis amigos quiludos que ahora ocupaban los primeros puestos dentro de la carpa, pues se estaban enamorando de las despampanantes chicas del circo, cosa que poco le gustaba al dueño del circo, quien se veía con cara de pocos amigos y quien decide presentar a la yegua Palomina, la yegua que adivina. Ante los asistentes se presenta un payaso y la cuadrúpeda blanca y pregunta al público si quieren saber quienes de los hombres presentes no tienen interiores? Sii! gritaron desde las gradas aborrotadas de gente. El payaso le ordenó a la yegua Palomina que diera dos vueltas alrededor de la carpa y se parara al frente de los tres hombres que no tienen interiores y la susodicha se paró en dos patas exactamente delante de los tres galanes.

La trifulca todavía se recuerda y el circo dejó la peluca. Los amores platónicos y de circo son artificiales

CUENTO: " LAS BURRAS DE CASILDO "


Casildo era un campesino que se dedicó a criar burros, los traía de las llanada de Monay con el propósito de alquilarlos como bestias para cargar arena y materiales pesados hacía los cerros de Trujillo; llegó a tener 50 burros entre machos y hembras, que albergaba en un pequeño potrero. Allí colocó un aviso que decía: ” se alquilan burros y burras” a 30 bolívares por día y a 150 bs la semana.Era un amor con sus burras, de ellas hizo una especie de haren, a cada una le puso un nombre a flor de labios:: azucena, Rosita, Filomena,doña Carmen, Trabuca,Mil amores, La poncha, La Turca, La peluda y cachifa. Un día llegó un italiano a alquilar 10 burras por una semana y cerraron contrato;pasado el tiempo estipulado en el convenio, el musiú ni las burras se volvieron a ver. El dueño preocupado salió una mañana a buscar al europeo y a sus burras,viendo que no había ni rastros de lo que buscaba, se dirigió al pueblo más cercano y en el camino se topó con un muchacho y le preguntó sobre el musiú, señalando sus características y el motivo de su búsqueda, a lo que ” beto” – así apodaban al muchacho – le confiesa que según la descripción que usted me da, no hay duda que el personaje es el dueño del circo ” Los Miguelitos ” que precisamente comienza mañana sus presentaciones en las fiestas patronales de San Roque; esta información descompuso a Casildo, por la lluvia de presunciones que inundaban su mente sobre el destino de sus burras. Montado en su ” “Rajamula” – así se llamaba su mula preferida – galopó hasta llegar al circo ” Los Miguelitos” y estando frente a frente con él musiú, le reclama en tono molesto su incumplimiento con el regreso de sus adoradas burras, éste sin inmutarse le riposta:sus burras se murieron. Al oír tan cínica respuesta, Casildo se puso a llorar sus burras y el italiano se reía a todo dar. De pronto se aparece ” beto” y consolándolo le dice al oído: ! señor casildo! no se preocupe que sus adoradas burras están vivas pero hay que hacer algo porque dentro de ese circo corren riesgo, aquello le volvió el alma al cuerpo y siguió al joven hacia una cabaña donde vivía un anciano y oída su angustia, el longevo señor le dijo: vaya mañana y se para al frente de la carpas y solo tiene que esperar ver lo que va a suceder; así hizo y de pronto se apareció dentro de la carpa un inmenso y descomunal burro, que detrozó el circo y provocó la estampida de todos los animales. Al italiano no le dió tiempo ni de ponerse los pantalones al tiempo que exclamaba: " MIA MADRE ! CHE ASINO NON E DI QUESTO MONDO E IL DIAVOLO DI PERSONA...FINITO CON IL CIRCO. BURRAS SE HO PRESO QUEÍ VOLTI...HO FATTO LA MAMMA? Casildo todo emocionado lloraba de alegría en el medio de sus 10 adoradas burras, ofreciendo como agradecimiento un rosario cantado a San Roque. 

CUENTO: " MI PRIMER PERRO "


En un diciembre del año 70, Luisito, un muchacho de 14 años recibe como regalo un cachorro de Pastor Alemán y llegó a alcanzar tanta empatía, que ambos se hicieron fans uno del otro. Un día se le extravió y fue tanto el abrumo, que cayó  en estado de tristeza y depresión; pasó muchos años con el ” Síndrome del perro”. Se hizo devoto de San Roque. Buena parte de su vida la dedicó a recoger y rescatar perros de la calle, actividad que era criticada en su entorno vecinal y familiar. Su excesivo altruismo era tal, que escribió una historia, donde hace un parangón entre el filósofo Diógenes de Sicope y el Venezolano “Pedro el de los perros” éste último oriundo de Mérida. Comienza su relato apuntando: El perro es el animal más humano de cuantos viven en nuestro entorno, dándose una simbiosis entre ambos, de tal manera, que en el sentir popular palpita aquel adagio que dice. ” Mientras más conozco al hombre, más quiero a mi perro ” Así establece un parangón entre el sabio y Pedro. Diógenes – decía Luisito – vivió una vida de perro en su andar filosófico y se hizo llamar ” Diógenes el perro” Un día fue invitado a un banquete de unos ricos, allí le lanzaron unos huesos a manera de afrenta; el sabio se dirigió a la mesa y comienza a orinarse encima tal y como lo hace un perro.Otro día – decía Luisito – se le presenta Alejandro Magno y le pregunta: ¿ Porque te llaman ” Diógenes el perro? a lo que el sabio responde: “Porque alabo a los que me dan, odio a los que no me dan y a los malos los muerdo” Enseguida – luisito- comenta en su historia la vida del merideño ” Pedro el de los perros”:    En Mérida se hizo leyenda “Pedro el de los perros” un hombre de mucho caché social y se entregó en vida a los vicios, llegando a mudarse a Lagunillas y vivir de un basurero, de allí recogía desechos y construyó su vivienda, adoptó todo tipo de perros que eran botados al basurero, llegando a recoger más de 200 semovientes, haciéndolos su familia. Un día enfermó. Murió en un hospital de Mérida, siendo llevado a una funeraria y, faltando 10 minutos para salir el féretro, se aparecieron los perros y se echaron al rededor del muerto, luego se fueron misteriosamente. ¿Cómo hicieron los perros para llegar al sitio? ¿Quién los orientó para estar a la hora precisa? ahora si entiendo que en asuntos pasionales las mujeres nos digan ” sigue tu perra vida.

CUENTO: " TALLER DE REMOJOS LITERARIOS"

Todo mundo quiere ser alguien en la vida, y en la adolescencia los sueños y las utopías pretenden alcanzar el cielo, lo máximo; unos para alimentar su ego, otros para dar un aporte a la sociedad; pero dicen en mi pueblo, que tanto va el cántaro al agua hasta que por fin se rompe; muchos quieren o se creen artistas sin tener aptitudes para ello, eso sucede en el mayor de los casos y la frustración no tarda en aparecer.
Hace muchos años, en la época de los setenta, en Trujillo, ciudad capital, siendo adolescentes, llegó la fiebre de escribir, ser literato de la noche a la mañana, era como un sarampión hablar de la novela, ensayo, cuento y de cuanta composición escrita apareciera; es más, muchos se trajeaban al estilo de los grandes escritores de esa época: barbudos, chaquetas negras, calzones negros, con flores en los bolsillos y llegaron al colmo de fundar un supuesto taller literario, donde eran invitados lo más granado de los imberbes poetas, que en forma autodidacta incursionaban en el complejo mundo de la literatura.
Este taller al aire libre se realizaba todas las tardes en las inmediaciones de la plaza Alameda Ribas del municipio Trujillo, allí asistían estudiantes y algunos profesores universitarios. Mi amigo Víctor fue invitado a formar parte, por ser extrovertido, serenatero, aventurero, jugador y mujeriego, era un verdadero “encantador de culebras” enamorado y galán a todo dar; además de ser un gran versador, escritor y declamador de “loas” de amor y de cuanta tragedia humana atormentaba la cotidianidad del trujillano de la época.
En el taller se le exigía al participante llevar dos poemas por día, para luego ser evaluados por un profesor universitario, chivudo, de extraños comportamientos, que se ocultaba bajo la supuesta estampa de intelectual inquisidor de los escritos que mi amigo Víctor llevaba cada noche, producto de su inspiración y desgaste intelectual; así comenzaron a llegar noveles escritores de diferentes lugares de la ciudad de Trujillo, de San Jacinto, las Araujas, Tres esquinas, Timirisis, Santa Rosa, calle Arriba.
A cada miembro se le exigía un seudónimo, mi amigo Víctor seleccionó el de “Rajamula” en honor a la única mula que no pudo montar el diablo.
La cosa marchaba bien, pues los poemas iban y venían cada noche; sin embargo, para mi amigo Víctor, la situación no era color de rosa, pues cada vez que presentaba su producción literaria, el profesor- poeta, lo evaluaba cayéndole a palos a sus sufridas creaciones literarias, le indicaba que en el escrito los personajes estaban muy estáticos, fríos, que estaban impregnados de mucho nihilismo, falta de colorido, ambientación deficiente, con escasez de realismo mágico, que tenía que darle más vida a los personajes y cosas parecidas que hoy no recuerdo; pero dentro del taller había una dama cuyos atributos físicos eran un símil de la bomba de Puerto Rico o de Diosa Canales, su presencia hacía corto circuito en la hormonas del susodicho profesor – poeta y de varios de los aprendices.
Cada vez que la despampanante dama leía sus poemas, al profesor le entraba en su cascaron humano una danza de raras emociones que nadaban en las aguas del Dios Baco mezcladas lujuriosamente con los espíritus de Eros y Afrodita, a ella le colocaba 20 puntos por sus escritos deficientes, muchas veces sin leerlos; esto molestó a “Rajamula” y para la siguiente jornada literaria buscó un compendio de escritores famosos ganadores del premio nobel de literatura y seleccionó un poema del poeta irlandés Samuel Beckett y lo copió poniéndole el seudónimo de “ Rajamula” para luego llevarlo a consideración del profesor, éste sin mucho disimulo lo calificó como un poema de mucha pobreza literaria y se dio el tupé de un solo plumazo aplazar a la Academia Sueca que otorga el premio Nobel y al ganador del mismo el gran poeta Irlandés.
Mi amigo Víctor, le dijo al profesor: “Usted acaba de evaluar uno de los poemas más puros de la poesía universal”. Rajamula a raíz de esa experiencia traumática optó por desenvolverse en terrenos menos escabrosos para sus limitadas aptitudes artísticas, siendo hoy un mecánico de media monta y el profesor –poeta es hoy productor de chimó andino. “Dios libre a mis amigos de meterse a brujos sin conocer la yerba”.

CUENTO: " MI ANILLO DE GRADUACIÓN" (AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ,2013 )

Hay alegrías que se esfuman; así pasó el día en que el “Negro Albino”, por fin se graduó de bachiller en un conocido liceo del municipio Trujillo, conquistó su primer laurel en calidad de “jubilado”, luego de haber pasado 9 años en incansables batallas con las “Tres Marías”, no era para menos, éstas le tenían el motor fundido como estudiante.
Albino nunca fue aplicado, pero sí, astuto e inteligente, lo llamaban el “Rey de las Chuletas”, cualidad que le permitió saber que en el “multígrafo” estaba su futuro, puesto que allí los profesores llevaban los borradores, para multigrafiar los temibles exámenes que teñían de rojo los boletines de notas, los susodichos exámenes eran entregados con mucho celo a un bedel que llamaban “Mantequilla”; por cierto, muy apreciado por alumnos y profesores.
Cuando venían los exámenes, se le oía decir “¡No queda otra, nos salva Mantequilla!”, activando su modus operandi, que consistía en montar vigilancia al multígrafo de lunes a viernes. Al multigrafiador nunca le faltó su desayuno ni ciertos favores monetarios; así, con traspiés y todo, logró graduarse de bachiller en Humanidades. Recibió su título y su anillo de oro 18 kilates, con una piedra montada sobre el bisel del mismo, modelo “ojo de buey”, que se convirtió para él en una especie de amuleto, siempre que conversaba o tertuliaba, hacía ademanes con sus manos, para hacer posar las miradas de los contertulios sobre aquella joya sin la cual no era nadie.
Sin embargo, al año siguiente pierde la prenda en una jugada de ludo; luego de haber pasado empeñada en infinidad de bares de la localidad.
Ahora viene lo bueno; para la década de los 70, las tres universidades más acreditadas eran la UCV, ULA y LUZ. Una noche, Albino prepara sus maletas y aborda un bus de la empresa de transporte Las Delicias, que cubría la ruta Trujillo-Caracas, con el propósito de estudiar filosofía y letras, selección que hace por razones obvias.
Pasó 10 años en la UCV, mejorando su modus operandi hasta que culmina su carrera que lo deja ahíto de alegría y placer por tres cosas: el título, el discurso del rector José María Bianco y el anillo de promoción. Regresa a Trujillo, no sin antes, tener una trifulca con el “Lusitano” dueño de la pensión donde pernoctó toda su vida como estudiante, la deuda era inauditable en alquiler y comida. Siempre recordaba la maldición del europeo “El que la hace, la paga”.
El Negro Albino nunca ejerció su profesión, no nació – según él- para eso, y tomó como oficio ser taxista, especialmente los fines de semana, ocasión que le permitía conocer todos los bares de la ciudad; un día ya sesentón y ebrio perdió los estribos y durmió en una “cochinera” en medio de 200 puercos, allí resbaló y perdió el anillo; al amanecer, era indescriptible, el estado del licenciado, quien todavía rascado se le oía cantar aquellos estribillos del recordado cantante Gualberto Ibarreto que decía: A cuerpo cobarde/ Yo traigo una pea/ Que Dios me la guarde/ La puerca conmigo / Y yo con la puerca. El anillo nunca apareció y Albino terminó los últimos días de su vida matando puercos.
“Antes se podía calzar un anillo, hoy ni siquiera una manopla”.

miércoles, 11 de enero de 2017

REFLEXIONES SOBRE LA PARTICIPACION COMUNITARIA

La evolución del hombre como ser sociable, es constante y va supeditada a los tiempos y  coyunturas. A veces sorprende ver en el barrio, en la comunidad, tantos problemas sin dolientes; sus vecinos viven como “turistas” en su propio entorno, se observa poca o nula participación u organización.
A pesar que se ven juntos los vecinos en actos religiosos o reencuentros, caminan y van por las mismas calles, veredas y caminos; sin embargo, pareciera que predominan ciertas barreras, donde aflora el egoísmo, la rivalidad, vanidad, ausencia de pertenencia.
Se habla del surgimiento de personajes muy pintorescos, propia de la picaresca criolla y bastante urbana, se trata del “agachado”, ese nunca está ni en pasado ni en presente, este personaje hace símil con el “vivo criollo” que ha perdurado a través del tiempo y cuya filosofía es el “cuanto hay para eso”. Sin embargo, es una constante la tendencia del hombre a juntarse, a estar cerca el uno del otro; es algo así, como un mecanismo de defensa innato, un instinto de conservación.
Animal débil: el hombre es entre los animales, el más débil ante las adversidades y las inclemencias de la naturaleza, especialmente, las de su propia especie. Desde un principio fijamos en la mente el devenir social del hombre; este fue creado al sexto día, no obstante, Dios creó de antemano todo lo que necesitaba para sobrevivir: tierra, agua, aire, frutas y especies animales, sabanas, praderas, montañas, climas, entre otros; es decir, dispuso las condiciones para que el hombre perdure y no perezca.
También consideró que no debía estar solo, construyó de su propia costilla una mujer, una compañera para que no lo aflija la soledad y para que viva en comunión recíproca.
Visto de esa manera, se puede considerar que el hombre nace bueno porque es obra de Dios y vino al mundo a buscar el bien común, a dar y recibir. Llegó para levantar, construir y vivir en comunión bajo unas reglas y preceptos que hacen posible su felicidad, así como su perpetuidad como género humano.
También le concedió el don de la procreación: «Amaos los unos a los otros», sumando la palabra, el verbo y la comunicación que son reconocidas como herramientas fundamentales para que dialécticamente se entienda con los otros, sus semejantes y puedan juntos crecer en colectivo y permita diferenciar al ser humano del resto de los animales.
Atendiendo a estas premisas, se puede afirmar, sin equívocos, que no hay razones para el hombre deje de ser altruista, benévolo, virtuoso, sabio y constructor de su propio destino en comunidad. Ser incompleto.
Pero, el hombre en su evolución ha demostrado que es un ser incompleto, condicionado por su propia naturaleza, por las condiciones de carácter ambiental, cultural, religioso de grupo, relaciones de poder, vecindad, rivalidad; así como de sus “taras” psicológicas, instintos innatos. De ese mosaico surgen actitudes y comportamientos sociales que giran entre lo justo y lo injusto, sociable e insociable, legal o arbitrario, egoísta o solidario.
A continuación, es pertinente considerar las afirmaciones que sobre este tópico dan luces algunos autores, especialmente sobre el hombre y su naturaleza social: «No existe ser humano extra social» (Cornelius Castoriades, 1922-1977).
Juan Jacobo Rousseau y sus ideas sobre “Salvaje bueno”, con el que se explica después de sociedad o contrato social como una necesidad para superar los obstáculos.
Thomas Hobbes afirma que el hombre es “mezquino” y “egoísta” en estado natural y se asocia para evitar la muerte violenta. Este planteamiento lo conseguimos en su obra Leviatán y aliña su observación con una frase muy sugerente sobre el particular Homo homini Lupus, el hombre es un lobo para el hombre; que según Hobbes, el “egoísmo” es básico en el comportamiento humano, aunque la sociedad intenta corregir tal comportamiento favoreciendo la convivencia.
Aristóteles, afirma que: «El hombre es un ser sociable, incapaz de vivir solo». Ser sociable, la evolución del hombre como ser sociable, es constante y va supeditada a los tiempo de épocas, coyunturas; es decir, condicionado por los cambios, esto se explica porque nada es estático, todo cambia y se transforma.
El hombre es “mundano”, sociable y político (BirdartCampis, 1950). La mundanidad, significa que el hombre esa situado con sus circunstancias, su cultura y su historia, que dirige los cambios y la perduración de los comportamientos. Entonces, la mundanidad es la relación dinámica del hombre, lo que nos conduce la idea de sociedad. Significa que el hombre convive con los demás, relacionándose e interactuando a través de símbolos y transmisiones de ideas.
Volviendo a Aristóteles, este afirma que «Solo el hombre entre los animales posee la palabra para manifestar lo conveniente y lo dañino, lo justo y lo injusto. Es decir, por naturaleza la ciudad es anterior a la casa y a cada uno de nosotros».
Por otro lado, entre los social y lo político, surge el estado paternalista que sustituye la voluntad del vecino para buscar soluciones a los problemas que le afectan en lo individual y colectivo, disminuyendo de esta manera el surgimiento de verdaderos líderes que se avoquen a la organización y se conviertan en actores y ductores de su propio desarrollo, tanto individual como colectivo.
Estatismo asfixiante. Este protagonismo del estado constituye una barrera contra la participación protagónica. Desde nuestra vida escolar, hace bastante tiempo, los maestros narraban del “manojo de espigas” que explicaba la angustia de un padre al ver a sus cuatro (4) hijos divididos, perturbados por la desunión.
El padre tomo la iniciativa de llamar a sus hijos otrora, en permanente rivalidad y egoísmo entre unos y otros. Frente a los cuatro, les mostró el “manojo de espigas”, y a cada uno los emplazó a que quebrara el manojo, ninguno pudo; luego el padre los llamó de nuevo y sacó del ramo una espiga para la quebraran y el resultado fue obvio.
La conseja de este cuento es: “Unidos somos fuertes, desunidos o divididos seremos débiles”.
Ante tales consideraciones y conocida la naturaleza del hombre, es menester buscar un punto de encuentro, donde los hombres convengan en regular y normar su convivencia, donde no se permita la imposición del más fuerte, más apto, recordando aquella premisa del socialismo: «A cada quien, según su capacidad, a cada quien según su necesidad».
De conformidad con lo anteriormente expuesto, nace la imperiosa necesidad de crear el Estado, institución que tiene su origen en un contrato de los hombres convertidos en ciudadanos; este tiene como objetivo mayor el bien común y se fundamenta en la constitución que expresa el mapa o el modelo de país que se ansia, a la cual todos deben acatar y someterse por el bien de todos.
Proceso de transición en Venezuela. Se está viviendo un proceso revolucionario de transición del capitalismo hacia el socialismo, donde se abren ventanas de la participación, pasando de una democracia participativa a una democracia protagónica que permita al ciudadano ser actor de su propio proceso de crecimiento.
A través de los consejos comunales y del poder comunal se logra transferir poder al pueblo, todo ello sustentado en una arquitectura política y jurídica que garantizará un nuevo modelo que descansa en la organización-participación democrática y para lo cual se requiere un alto sentido de convivencia revolucionaria que vaya más allá de lo inmediato y de lo cotidiano. Porque nadie defiende lo que ignora, lo que no conoce.
Para concluir, la participación y el sentido gregario deben ir acompañados de la voluntad que es una manifestación de nuestro interior, de nuestra convivencia, de nuestra espiritualidad; solo así se conduce hacia el logro del bien común, la justicia y la equidad, es la convivencia y la verdadera comunión entre hermanos.
Diálogo y unidad. El verbo, la palabra y la comunicación son herramientas para el encuentro, la comunión, convivencia, todo ello permite la unidad dentro de la diversidad, la inclusión y a reconocernos que tenemos diferencias, debilidades y actitudes que pueden ser equilibradas en función del grupo, del colectivo; es el reconocernos en el otro.
El verbo y la palabra bien orientada y conducida sanan, recrean, unen; mal orientadas hieren, dividen, destruyen. Aprendamos de las abejas, de las hormigas. Necesitamos trabajar en equipo y en colectivo.

CUENTO: " UNOS MONOS PARA RECORDAR EN TRUJILLO " ( AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ, 2016 )


Hay historias que se viven y nadie las quiere contar; yo que no era cazador, me enrolé en las filas de un grupo de cazadores veteranos y expertos, entre los que recuerdo a Orlando Linares, el viejito "Tomoche" y Rómer Briceño, de este último se decía que le quitó la cría a una tigra parida, trío al que admirábamos porque cada uno tenía en sus casas un museo de mascotas momificadas: babillas, caimanes, monos cunaguaro, macacos, venados, guaches, rabipelados, culebras, lochitas, gatos de monte, loros e infinidad de especies, cuyos nombres se desconocían por su carácter exótico.
Un viernes Santo después de haber pasado una semana en plena selva del parque "El Guaramacal" del municipio Boconó, nos propusimos regresar, por cuanto no tuvimos la suerte esperada, éramos nueve cazadores; caminábamos selva abajo por debajo de inmensos e imponentes árboles y de pronto sentimos la presencia de varias bandas de monos entre araguatos y macacos cuyo aullido se escuchaba a 50 kilómetros.
Recuerdo que eran más de 50 monos que se movían entre los ramales en actitud amenazante, como insinuando que desocupáramos su hábitat así lo entendimos y apuramos el paso, pero un compañero para no regresar en blanco o para ahuyentar a los monos, cargó su escopeta y disparó dando en el blanco a un monito bebé que andaba a la diestra de su mona mamá.
Esto provocó la ira de toda la manada de monos y de otras que se agregaron por el instinto de supervivencia, corrimos por más de dos kilómetros, hasta llegar al sitio donde habíamos dejado aparcados los vehículos de regreso ( camión 350, camioneta Toyota y un viejo volkwagen modelo escarabajo); apenas pudimos entrar y cerrar los vidrios para protegernos de los monos enardecidos que en pocos minutos cubrían los capots de nuestros vehículos, todo era miedo, dolor y confusión, se nos vino el mundo abajo, no era para menos, la presencia de una madre mona que lloraba ante nuestros ojos con el monito bebé que yacía moribundo y ensangrentado entre sus brazos. Al mismo tiempo, infinidad de monos aullando golpeaban los parabrisas. Se les observaba nerviosos y llorosos; la mona acurrucaba en su pecho su cría fallecida. Aquella escena nos dejó mudos y sin aliento, todo era dantesco.
Hoy, todavía esta en nuestros recuerdos aquella triste historia que nos dejó marcados como algo que no debió suceder. Por eso les dije "hay historias y relatos que no debieron suceder y que nadie las quier contar".

CUENTO: " EL PERIQUITO DE LA SUERTE " ( AUTOR SAÚL BRICEÑO FERNÁNDEZ, 2016 )


Durante la época de los sesenta, era notorío en los pueblos andinos la presencia de unos señores muy pintoréscos, que entraban y visitaban los caserios con unas jaulas muy vistosas, dentro de las cuales había un periquito que adivinaba asuntos relacionados con la suerte, negocios, salud, pero sobre todo hacía anuncios infalibles sobre el futuro amoroso para parejas casadas o amancebadas. La jaula  tenía al frente  una cajita o pequeño archivo ordenado alfabéticamente según la necesidad del cliente, contentivo el mismo de una serie de papelitos estampados con los signos del zodiaco y unos escritos qu dejaban ver al cliente su situación con relación a la suerte. amor, salud, además traían el numero salidos en las famosas ” loterías de animalitos”. Estos señores, practicaban una técnica  de adivinación con aves, que en tiempos ancestrales era conocida como ornitomancia, que era una manera de observación de la vida a través de las aves, es una forma de lectura de augurios provocados. En el siglo xix este viejo arte de la ornitomania se redujo a la actividad de los “adivinos callejeros” quienes daban sustento  a pericos entrenados. Aquel que deseaba que le leyeran la fortuna, buscaban a tales adivinos y pagaban una pequeña suma de dinero. El perico bajo la inducción de su dueño y en medio de sus graznidos elegía el papelito en que se revelaba la fortuna de la persona. Los mencionados señores eran unos expertos psicólogos en el manejo de las emociones humanas; con este curriculo llegó a mi pueblo Trujillo, un señor ya entrado en años, elegantemente vestido, de corbata roja, sombrero cubano, con aspecto del típico ” encantador de culebras”. El misterioso personaje con su “perico adivinador” pasaba todos los fines de semana por mi casa y por toda la vecindad. En sus visitas se iba enterándo de todas las calamidades, además, de las  goteras morales y vivenciales que ondulaban en la mente de los vecinos y su imposibilidads de taparlas con esfuerzo y trabajo; de ahí, el astuto vendedor de ilusiones tomaba el material necesario para redactar y tipiar sus pequeños recetarios, especies de recipes para curar el mal de amores y hasta cualquier desequilibrio hormonal. Yo tenía un vecino llamado ” Jacinto” pero le decian cariñosamente “Tronco” porque toleraba todo, su mujer le era infiel, era extremadamente negativo y fatalista; además, tenía una suegra negra y ” tuerta”, rechoncha,mal encarada y de paso bruja, no había mañana que no lo maldijera. De todo esto estaba enterado el dueño del perico. Un día Jacinto, astiado de su situación, esperó al “perico de la suerte” y solicitó por tres bolivares la lectura de su destino. El dueño coloca la jaula a la vista de Jacinto Y abre la puerta de la jaula y le dice al perico en tono suave: Rua…Rua periquito real, adivínale la suerte al que está en el portal. El perico en medio de sus graznidos tomó un papelito que Jacinto guardó para leerlo en la intimidad. Recuerdo que el papelito decia lo siguiente: ” Si vieres un una tuerta y suegra buena, tomadlo por milagro, hecedle la cruz a una infiel y cuidate de toda mujer calva, rompe la tinaja y busca agua pura en cántaro nuevo” Jacinto se fue de la casa y la suegra comenzó a tener pesadillas por culpa del “periquito de la suerte” ojalá volviesen aquellas fiestas patronales donde eran infaltables estos aleccionadores periquitos de la suerte.